miércoles, 1 de julio de 2015

PALABRAS

Decía Fito
que “menos mal que con los rifles
no se matan las palabras”.

Es innegable el poder de las mismas
y la culpa que conllevan en ocasiones,
cuando son fruto de la ignorancia
y del mal hacer.

Es inequívoca su fuerza
cuando salen de bocas furiosas
con ideas claras
y sin posibilidad de réplica.

Hoy las palabras están rotas,
la libertad mermada,
el paisaje lo pintaron de un color grisáceo
y la condena por hablar,
es excesiva en todas sus formas.

La palabra seguirá siendo poderosa,
las mentes seguirán luchando
por lo que consideran importante,
mientras la ley de la fuerza
trata de imponerse a toda costa.

Llevo palabras en mi piel
y en mi bandera,
y sería un error,
enorme,

renunciar a ellas…


M. L.

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