que el cielo a veces viste de tormenta,
que es posible volar, pero sólo si lo intentas,
que tan sólo una caricia puede remover el mundo,
y un segundo, puede remodelar vidas enteras.
Aprendí a sonreír cuando por dentro lloraba,
y esperaba cuando quizá jamás debí esperar,
susurré tantas palabras que se fueron con el viento,
y grité cien mil lamentos que nunca quise gritar.
Suspiré, me di de bruces con la realidad,
vi que había un "más allá" cuando no quería mirar,
fui cobarde y aprendí a ser valiente en la batalla
que libraba cada día nada más despertar.
Regalé mil besos cargados de inspiración,
compartí mi habitación con "te quieros" alquilados,
sufrí por amor, por rencor y por orgullo,
disfruté de las ventajas de inventar mi propio mundo.
Fui lo que esperaban, y a veces tan sorprendente,
fui incluso doliente si hablamos de desamor,
y en amor puedo ser niñata desesperada,
o experta en cuestiones de hablar con el corazón
M.L.